MONCAUT, Carlos Antonio

Por MUSEOVIRTUALBEGUI

Carlos Antonio Moncaut nació en una escuela rural bonaerense, el 8 de junio de 1927: la de la localidad Angel Etcheverry, partido de La Plata, donde se habían radicado su padre, Carlos, originario de "el Azul", y su madre, Flora Castrillón, quien era allí directora, maestra, portera. Quizás por estos motivos fue un gran investigador e historiador de la provincia de Buenos aires. Escribió muchos libros sobre la temática gauchesca, pulperías, aguadas y las costumbres del campo, que tanto quiso. Falleció en City diciembre 2008. Residió en City Bell.

 

Sábado 27 de diciembre de 2008 | LANACION

 Rincon gaucho

Carlos Antonio Moncaut y su aporte a la cultura bonaerense

El investigador falleció el lunes pasado, en La Plata; es reconocido por su obra y también por su don de gente

 

Su amor por la tierra y la vida bonaerense, y argentina, como se manifiesta en cada rincón, fue el del viajero, el del lector e investigador, el del escritor y editor, y como consecuencia de todas esas pasiones, también el del coleccionista.

Lo cautivaban los orígenes de construcciones, pulperías, estancias, las historias de quienes las habitaron, sus costumbres y tradiciones, los enseres y utensilios, la olvidada labor de una misión jesuítica en plena pampa, las piezas arqueológicas que revelan secretos de otras eras en la vida de este suelo, las sequías y las inundaciones que lo asolaron.

Carlos Antonio Moncaut nació en una escuela rural bonaerense, el 8 de junio de 1927: la de la localidad Angel Etcheverry, partido de La Plata, donde se habían radicado su padre, Carlos, originario de "el Azul", y su madre, Flora Castrillón, quien era allí directora, maestra, portera.

Cursó el secundario en el Colegio Nacional "Rafael Hernández" platense, y durante esos años empezó a incursionar en tren hacia Coronel Brandsen: con un amigo, se bajaban en la estación Gómez y desde allí emprendían una larga caminata hacia parajes donde observaban pájaros, nidos y especies de la flora local.

Al mismo tiempo indagaba en archivos y bibliotecas. En 1957, buscando datos en la hemeroteca de la Universidad Nacional de La Plata, sobre la historia de un barquito que se adentró, hasta anclar, en la laguna de Chascomús, un proyecto que buscaba una ruta fluvial entre Buenos Aires y Dolores, no se percató de la hora del cierre ni los empleados de su presencia, y permaneció allí durante toda la noche. De esa investigación resultó su primer libro: "Viaje del vapor Río Salado del Sud de Buenos Aires a Chascomús, en 1857".

El tema de esa aventura también apareció en "Biografía del río Salado de la provincia de Buenos Aires", que escribió y fue impreso en 1967 en el mimeógrafo de un Centro de Estudiantes de la Universidad de La Plata. Diez años después, "Estancias bonaerenses. Historia y tradición", mereció, como la obra antes mencionada, la Faja de Honor de la Sociedad de Escritores de la Provincia. En 1978 apareció "Pampas y estancias. Nuevas evocaciones de la vida pastoril bonaerense", complemento del volumen anterior. En dos tomos también, editados en 1996, en su propia editorial, "El Aljibe", "Estancias viejas: historia, audacia, coraje y aventura". constituye otro aporte a la recuperación de los orígenes de establecimientos como "Estanzuela" en el Valle de Conlara (San Luis); "La Belita", en General Villegas; la historia de George y Ralph Newbery en su estancia "Media Luna" de esa zona, y las travesías que los llevaron hasta el Sur; la de John Miller y William McClymont en "La Caledonia" y "La Cabaña", en Cañuelas; la de las estancias que inspiraron a Benito Lynch.

Escritos de este último, poemas de Lugones, documentos, fotos, mapas, dibujos de Enrique Rapela, Montero Lacasa, E. M. Real de Azúa, Raúl Roux, M. Martínez Parma y muchos más, le suman a los datos rigurosos del investigador una trama de sentimientos, de registros y talentos que animan su narrativa y hacen apasionante la lectura de sus libros.

"Travesías de antaño, por caminos reales, postas y mensajerías" (1993) incluye testimonios de integrantes de la familia Dávila, descendientes de los que fueron dueños de las galeras que hasta 1913 viajaban entre Dolores y Ajó. El escritor siguió esas huellas en los viajes que emprendía, lejos del asfalto, por caminos reales y de tierra, donde descubría viejos almacenes y pulperías, vestigios de asentamientos indígenas, montes de talas, señales de vida, de lucha, de trabajo y arraigo. Para interpretarlas correctamente, estudió arqueología, paleontología, etnología, botánica, zootecnia.

Moncaut escribía como respondiendo a un mandato interior. Quizás esa fuera la raíz de su humildad. Cosechó amigos, corresponsales y lectores en todas partes.

Fue inseparable de su esposa, María Teresa Barberis. Durante los viajes y en la cotidianeidad compartida ella lo secundó incansablemente en sus afanes y sus sueños.

Generoso divulgador

Su biblioteca, de unos 40.000 volúmenes, fue definida así por Julián Cáceres Freyre: "No responde a la monomanía de mero acaparador de libros, sino que constituye la herramienta de trabajo serio y eficiente para la divulgación del conocimiento de la historia, del folklore y todo cuanto de noble ha tenido nuestra pampa, que permitió a nuestro país figurar entre los primeros del mundo".

También escribió, y editó "Los más remotos orígenes de Ranchos"; "Coronel Hilario Nicandro Lagos -1840/1895"; "Reducción jesuítica de Nuestra Señora de la Concepción de los Pampas -1740/1753"; "La Plata, crónicas de un siglo -1882/1982"; "Andanzas y aventuras de Guillermo Enrique Hudson"; "Amanecer del Pago de la Magdalena"; "Un accidentado viaje de vacaciones entre Mar del Plata y Tandil en 1880"; "Pulperías, esquinas y almacenes de la campaña bonaerense 1575/2001", dos tomos; "Inundaciones y sequías en la pampa bonaerense -1575/2001"; "Ranchos y su comarca -Desde su prehistoria hasta 1851".

Fue incorporado a la Academia Argentina de la Historia en abril de 2003. Recibió numerosos premios y fue declarado Ciudadano Ilustre de La Plata en 2005. Colaboró en Rincón Gaucho y en el diario "El Día", de La Plata, entre otras publicaciones.

Quizás sentía que la poesía y el canto expresan la esencia de esta tierra que tanto amó y que hizo conocer en sus libros. En la solapa de uno de ellos, dice: "Una hora después sólo sonríe sobre la estancia vieja el titilante fulgor de las estrellas. Entonces, también escucho a mi madre: «Se vino la noche/ copándose al sol/ y sobre los campos/ su manto tendió./ El ojo ´e la luna/ se puso a vichar:/ farol de los gauchos/ en la oscuridá...»". .

 

LIBROS

Biografía del Río Salado de la Provincia de Buenos Aires

5 editions - first published in 1966

Los más remotos orígenes de Ranchos

2 editions - first published in 1978

Pampas y estancias

2 editions - first published in 1978

Andanzas y aventuras entre gauchos de William Henry Hudson

1 edition - first published in 1991

Coronel Hilario Nicandro Lagos

1 edition - first published in 1979

Coronel Hilario Nicandro Lagos, 1840-1895

1 edition - first published in 1979

Estampas informales de Buenos Ayres, 1865

1 edition - first published in 1983

Estancias bonaerenses

1 edition - first published in 1977

Inundaciones y sequi?as con rai?ces an?ejas en la pampa bonaerense, 1576-2001

1 edition - first published in 2001

La Plata, 1882-1982

1 edition - first published in 1982

Pulperi?as, esquinas y almacenes de la campan?a bonaerense

1 edition - first published in 1999

Pulperias, Esquinas y Almacenes de La Campa~na Bonaerense

1 edition - first published in 2000

Reducción Jesuítica de Nuesta Señora de la concepción de los Pampas, 1740-1753

1 edition - first published in 1981

Reduccio?n Jesui?tica de Nuestra Sen?ora de la Concepcio?n de los Pampas, 1740-1753

1 edition - first published in 1981

Travesi?as de antan?o

1 edition - first published in 1993

Un accidentado viaje de vacaciones entre Mar del Plata y Tandil en 1880

1 edition - first published in 2000

Viaje del vapor "Rio Salado del Sud," de Buenos Aires a Chascomu?s en 1857

1 edition - first published in 1957

Estancias viejas

1 edition - first published in 1996

 

 

Una pequeña parte de su amplia colección de libros, revistas y escritos fue subastada recientemente

Susana Pereyra Iraola

10 de diciembre de 2011

Nunca hemos sido tan solventes como para comprar libros caros", recuerda María Teresa Barberis, que fue la esposa de Carlos Antonio Moncaut durante cuarenta y siete años: "Yo lo acompañaba, él compraba". Libros, diarios, revistas, folletos, documentos, lo que el investigador descubría y le abría camino a sus búsquedas o referencias a sus escritos se fueron acumulando en su casa de City Bell, ocupando espacios sobre las paredes "amuralladas" (él usó el término) con volúmenes y carpetas. Unos 40.000, de los cuales una pequeña parte fue subastada en Saráchaga.

 

De día trabajaba como visitador médico de un laboratorio (había estudiado en La Plata); en sus horas libres visitaba bibliotecas, archivos, museos, estudiaba "lo que parece poco importante en la historia tradicional y que para mí es esencial". Crónicas del diario La Tribuna fueron el origen de su primer libro: Viaje del vapor Río Salado del Sud, de Buenos Aires a Chascomús, en 1857, publicado en 1957. En 1967 publicó Biografía del Río Salado. De una conferencia de Alfredo Calcagno nació su libro Reducción jesuítica de Nuestra Señora de los Pampas 1740-1752.

 

Comenzó a reunir libros a los dieciocho años sobre el territorio de Misiones ?escribió Julián Cáceres Freyre?, atraído por la selva y por los animales, tan bien retratada por Horacio Quiroga en sus cuentos y novelas. Y para 1945 comenzó a adquirir en las librerías de la ciudad de las diagonales y de esta ciudad los libros clásicos de viaje de Juan Queriel, Eduardo Holmberg, Federico de Basaldúa y otros clásicos de esa rica zona de la tierra colorada. Desde entonces, y hasta hoy, Moncaut reúne todo lo referente a las tradiciones indígenas y folklóricas de la provincia de Buenos Aires, la historia de sus pueblos, estancias, fortines y misiones, la vida campera tanto material como espiritual, a la que se agrega todo lo referente las ciencias naturales, con especial énfasis en la ornitología, ya que es un incondicional admirador de William H. Hudson.

 

Dedicó su libro Pulperías, esquinas y almacenes de la campaña bonaerense a dos libreros amigos, Gerardo Fernández Zanotti y Ezequiel Elía. Recordaba: "Fernández Zanotti prácticamente me regaló, al ver mi interés y consternación, los 24 tomos de la obra completa de Hudson, editados en 1927, que descubrí en la librería Fernández Blanco, de su padre. Tuve que aprender inglés para leerlos".

 

Durante uno de sus múltiples viajes por la provincia vivieron en La Esperanza, en el Tuyú, donde obtuvo testimonios con los que escribió ¿Un nuevo Hudson?, en 1967, publicado en la Revista de la Universidad de La Plata: el tema era Ronald Runnacles, un ornitólogo aficionado que llegó a reunir una colección de más de 200 huevos de aves acuáticas, que donó al Museo de Ciencias Naturales de La Plata, y murió en la segunda guerra mundial. Entre los lotes del catálogo está Estampas informales de Buenos Aires 1865. Retratos y dibujos de un viajero escocés, originalmente publicado en Escocia en 1868. Lo editó, como Amparo, de Paul Groussac, con un estudio preliminar suyo, en su propia editorial, "El Aljibe".

 

Variada obra

 

Con la colaboración de María Teresa editó con ese sello sus propios libros ?algunos de los cuales fueron incluidos en la subasta?: dieciocho obras, biografías como la del Perito Francisco P. Moreno; historias de familias y de estancias; de viejos pagos y pulperías bonaerenses; de caminos reales, postas y mensajerías; carretas y galeras; reseros y troperos; tahonas y molinos; inundaciones y sequías; los canales en la zona de influencia del Salado; la necesidad de obras que regulen las aguas mediante una distribución ordenada de cultivos; forestación y sistemas de labranza para ayudar a recuperar el sistema ecológico de las pampas, originariamente protegido por los pajonales; los procesos químicos que originan la tonalidad dorada de la laguna en las cuevas de la sierra de La Tinta.

 

Su obra contempla temas de costumbres y tradiciones, que también expuso en más de 200 conferencias; en colaboraciones en El Día, El Pueblo, de Magdalena, y otros periódicos, y en charlas por Radio Universidad Nacional de La Plata y Radio Provincia. También colaboró con esta misma columna de La Nacion.

 

A su colección de libros hay que sumar los de la historia y la literatura, la arqueología y la paleontología, que lo apasionaban.

 

Un botijón de 1807 y un esquinero antiguo que tenía en su casa, incluidos en el previo remate de arte, daban testimonio de su otra pasión: la de coleccionar "todo lo que fuera de uso doméstico", dice su mujer, como si quisiera llevarse la memoria de la vida en el campo a su casa: azulejos, relojes, cencerros, vasos de pulpería, pavas, braseros, sifones, rastras, estribos, espuelas, monedas, imágenes religiosas y sillas.

 

Era chico cuando rescató del fuego en su casa de las calles 1 y 46 una partida de nacimiento y papeles pertenecientes a su abuelo vasco, oriundo de los Bajos Pirineos y que se estableció en las chacras a la vera del arroyo Azul, donde nació su padre. "Creo que desde antes de nacer me apasionó el campo", decía.

 

También le gustaban los pájaros. Solía traer de los bajos del Tuyú algunos pichones y se veían teros, algún tucán, patos y chajás en el jardín de su casa. Carlos A. Moncaut falleció el 22 de diciembre de 2008. María Teresa dice que siente "tristeza porque se va parte de mi vida y alegría porque los libros van a estar en manos de personas que si compran es porque les van a dar el valor que les daba Carlos".

 

Por: Susana Pereyra Iraola, diario la Naciòn

 

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